lunes, 18 de marzo de 2013

NIÑOS Y ADOLESCENTES: PRESENTACIÓN.


¿Por qué una RED específicamente del trabajo con niños y adolescentes?. Lo que justifica el trabajo en RED (que por lo demás  es un significante de nuestra época, por aquello de las conexiones y lazos que se instalan a pesar de la distancia y gracias a la tecnología)  es que la Escuela  desde la que nos orientamos es internacional e incluye foros de diferentes países y por tanto diferentes lenguas, formas de presentación de los fenómenos, de abordaje legislativo de los adolescentes y niños, etc. de donde un trabajo en red desde cada ciudad o país con quienes se hacen preguntas similares a las nuestras deviene esencial, pues esta modalidad permite que se conozca el trabajo de los demás,  los temas que convocan a cada región,  los títulos, los carteles que se constituyen, etc.,  esperando de ello un producto por medio de intercambios en los foros, publicaciones, eventos, etc.     
publicaciones, eventos, etc.     
Lo que ha mostrado la RED es que muchos profesionales en el  mundo se interpelan por el hacer con niños y adolescentes, el hacer educativo, social, médico, de protección, legislativo y por su puesto clínico  de donde la idea es conformar grupos interdisciplinarios  guiados desde la perspectiva del psicoanálisis freudiano y Lacaniano.                                                                                                                                                Tomé como epígrafe para la invitación a conformar esta red una frase de Lacan que les repito: “Mejor pues que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época… Que conozca bien la espiral a la que su época lo arrastra en la obra continuada de Babel, y que sepa su función de intérprete en la discordia de los lenguajes” Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis. Discurso de Roma 1953.     A la que agrego la siguiente cita: “Un gran número de efectos psicológicos, sin embargo, están referidos, en nuestra opinión, a una declinación social de la imago paterna. Declinación condicionada por el retorno al individuo de efectos extremos del progreso social… Cualquiera que sea el futuro, esta declinación constituye una crisis psicológica…Como quiera que sea, las formas de neurosis predominantes en fines del siglo pasado son las que revelaron que dependían en forma estrecha de las condiciones de la familia….Nuestra experiencia nos lleva a ubicar su determinación principal en la personalidad del padre, carente siempre de algún modo, ausente, humillada, dividida o postiza”. Lacan Los complejos familiares en la formación del individuo. 1938. Otros escritos P. 61   Tome estas dos citas porque considero, parafraseando a Lacan, que los psicoanalistas estamos llamados a formalizar lo que la práctica clínica nos revela de la subjetividad de la época en la que nos corresponde vivir,  en este caso la subjetividad de niños y adolescentes. 
Si el psicoanálisis es el campo de una ética que incluye el goce, el analista es quien puede interpretar la lengua del goce, y me pregunto entonces si los fenómenos que vemos en este inicio de siglo en el que están asociados niños y adolescentes  (violencias, fracasos, toxicomanías, etc.)  tienen que ver con eso que le vuelve al sujeto, lo que retorna a él, de los efectos extremos del progreso social del discurso actual.  En la segunda cita Lacan señala que las neurosis, las grandes neurosis de finales del siglo XIX dependían de la estructura familiar y aunque sin decir cuales son los efectos ni la forma de la crisis psicológica de la época, señala que tiene alguna relación con la declinación del padre. Yo no puedo leer esto y quedarme tan tranquila.  Por eso coloco las dos citas juntas pues el analista no puede ser indiferente a esa lengua del goce que se habla en su época. Yo no voy a interpretar nuestro discurso actual, solo voy a tratar de señalar algunos aspectos introductorios para el trabajo con niños y adolescentes.                                                                                                                                             Si bien infancia y adolescencia no son categorías psicoanalíticas, pues niños y adolescentes en el dispositivo analítico son tomados como un sujeto, voy a tratar de ubicar las coordenadas esenciales del advenimiento subjetivo y de los pasajes específicos que tiene el sujeto en la vía de su organización y cómo estos coinciden con los periodos infantiles y adolescentes. 
    
                                                                                                             ¿Qué es un niño? Freud ubica como eje central de la vida infantil el complejo de Edipo en cuyo resorte tenemos la castración. Sabemos que el complejo de Edipo no está aislado de las vivencias sexuales de la infancia pues uno y otras son correlativos, de modo que la sexualidad para el humano es estructurante puesto que se juega en la relación con el Deseo de la Madre y la Ley del Padre. La infancia entonces no es solo un momento evolutivo en relación a la edad sino más bien un momento lógico de organización simbólica donde se pone en juego el sujeto con su cuerpo y el empuje pulsional que este abriga, más el hecho de estar sujetado al deseo del Otro; yo creo que es claro el énfasis de Freud al nombrar tempranamente el lugar de los padres en el devenir subjetivo. La infancia no como categoría sino como momento lógico de construcción subjetiva es entonces fundamental en la reflexión que les propongo, pues insisto el sujeto queda preso de lo que ocurre en la subjetividad de los padres; lo que Freud llamará el Edipo , es una estructura no de tres sino de cuatro, el deseo de la madre, el nombre del padre, el sujeto y el significante que nombra el deseo, el significante fálico. El padre en este primer momento, o mejor, La función del Padre es señalada por Lacan como determinante, pues nombra el deseo de la madre, como algo por fuera del niño mismo, y en este sentido tiene también función separadora, en cuanto apunta a un deseo más allá, deseo ligado a una ley en la que el niño debe inscribirse para ser su heredero. En “El despertar de la primavera” de Wedekind, al que tanto Freud como Lacan aluden para hablar de esto que se organiza en el tiempo posterior a la latencia, el autor liga en la adolescencia tanto el despertar sexual y lo que él trae aparejado de goce y placer sexual, con la reproducción y la muerte. En el texto se describe de forma maravillosa el despertar sexual de los jóvenes hombres y mujeres con las preguntas, las intrigas y las teorías que tejen unos y otros, las astucias de los adultos que intentan retrasar el momento del saber sobre lo sexual, y que disfrazan mojigatamente lo que ellos descubren por el sentir de sus cuerpos y por las tertulias y deducciones que aportan sus amigos…dos jóvenes mueren en la obra: uno se suicida luego de tener la descripción de lo que pasa en el acto sexual por un o de sus compañeros y la otra se muere a causa de los abortivos que le suministran confundiendo la sintomatología de la enfermedad con un embarazo, muerte y despertar sexual ligados de forma muy bonita en un texto que sin duda amerita un comentario mucho más profundo, pero que solamente menciono para apuntar lo que tiene de decisivo en la organización subjetiva este tiempo que llamamos adolescencia. Entonces si nos hiciéramos también la pregunta qué es un adolescente, podríamos decir que es la manera como un sujeto resuelve parte de lo que es el empuje real de lo sexual que es lo que llamamos pubertad, empuje que está acompañado igualmente de unos cambios específicos en cuanto a los caracteres secundarios de la sexualidad, el cuadro no completo pero aproximado sería: padres de la infancia destituidos, emergencia de lo real del sexo, cuerpo pulsional y la modificación de la imagen del cuerpo, suficiente entonces para hacer de este segundo momento lógico, un momento de convulsiones y de movimientos que pueden hacer tambalear los amarres del sujeto. Para Freud en la pubertad hay un nuevo despertar de la sexualidad, momento segundo antecedido por el apaciguamiento de la latencia, periodo en el que el aun niño tramita el exceso de goce de la sexualidad infantil, y que en la pubertad reaparece como segunda fuerza en el momento en la que las convulsiones de los cambios fisiológicos ponen en el centro de la vida subjetiva nuevamente el asunto sexual; en esta segunda emergencia los padres de la infancia porque han sido tramitados son destituidos y el adolescente con un cuerpo nuevo y completamente sexual, pues fisiológicamente tiene como evacuar el goce que se impone, tiene un saber sobre lo que en la infancia quedaba velado, el saber del coito y del orificio vaginal específicamente dice Freud, sin embargo hace falta el encuentro con el otro del sexo para que algo de este despertar emerja bajo las formas de la sexualidad genital.

La pubertad da cuenta de un empuje que podríamos pensar como lo real de la sexualidad, pero dicho empuje no es sin estar enmarcado por el lenguaje, de modo que cada uno se las arreglara con este florecimiento, y posiblemente lo que se llama adolescencia es una forma de tramite de lo real del cuerpo. En este segundo momento entonces el sujeto verifica su posición sexuada, pero esta la realiza esencialmente con las palabras, las novelas y las fantasías construidas a partir lo sexual al cual se le coloca un marco de lenguaje y procura un sentido  entonces a eso que es siempre enigmático para el sujeto, las palabras de los iguales, las historias, los cuentos referidos al sexo y a la sexualidad que Lacan dirá haciendo alusión “Al despertar de la primavera” que no se daría sin el despertar de sus sueños, es decir de lo que se organiza simbólicamente alrededor de lo real de la pulsión que se impone.                                                                         

Sabemos que Freud se ocupó en varios de sus textos y durante toda su obra de los temas relativos a la infancia: desde la estructuración de la posición femenina y masculina, de los sueños y la técnica con niños, del juego, de la metamorfosis de la pubertad, de la psicología del colegial, etc. Todo ello debido a que sus pacientes desde el inicio recurrían de forma sistemática a narrar las situaciones infantiles, de donde parecía que el síntoma actual podría tener alguna causa en el tiempo primordial del sujeto, o en el devenir y encuentros de la vida infantil y juvenil, Freud, puede hablar de neurosis infantil, de sueños infantiles o de carácter infantil, de sexualidad infantil, usando siempre de una manera especial este significante, en el cual hay una indicación no referida a la evolución cronológica del individuo sino a la estructura del sujeto.

Creo que de eso se trata la Red de psicoanálisis con niños, de situar los efectos de estructura en una práctica particular ya sea la educativa, la medica, la clínica, entre otros.
                                                               
 Presentación 13 de febrero de 2013
Mónica Palacio 

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